MADRID, 30 Oct. (CulturaOcio - Israel Arias) - Calabazas sonrientes, macabros disfraces, muchos caramelos, fiestas nocturnas y, cómo no, alguna buena película de terror. Estos son los ingredientes fundamentales, que no únicos, para celebrar Halloween tal y como mandan los cánones de la colonización cultural estadounidense. Pero en estos tiempos de la era del streaming, donde la oferta es casi infinita y el algoritmo traicionero, no está de más afinar el tiro para dar con un buen título que dé cierto sentido a estos días de negro y naranja y de celebración masiva y mercadotecnia desatada.