MADRID, 20 Jun. (CulturaOcio) -
Los infectados han regresado a la gran pantalla con 28 años después, la nueva entrega de la saga creada por Danny Boyle y Alex Garland. Director y guionista se han reunido para alumbrar la que es la primera entrega de lo que pretende ser una trilogía que retoma la franquicia iniciada en 2002 con 28 días después. Y lo hacen en un filme que, centrado en una disfuncional familia de supervivientes, deja en su sorprendente desenlace todo preparado para su continuación.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
El final de 28 años después es tan inquietante como abierto y ofrece numerosas pistas sobre el futuro de la saga y el destino de sus protagonistas. La película culmina con el joven Spike (Alfie Williams), el hijo de Jamie (Aaron Taylor-Johnson) e Isla (Jodie Comer) solo y cuidando de un recién nacido fruto de la relación del infectado Alpha y otra de las afectadas por el virus de la rabia.
Y después de que Spike decida abandonar al doctor Kelson (Ralph Fiennes) y dejar al bebé a salvo en la isla donde vive su comunidad, el joven decide emprender su camino en solitario en "el continente". Es entonces cuando el filme cuenta con una última secuencia que actúa prácticamente como si fuera una escena post-créditos, pero justo antes de los mismos, y prepara perfectamente la historia de la secuela que, titulada 28 Years Later: The Bone Temple (28 años después: El templo de huesos), ya se ha rodado a las órdenes de Nia DaCosta y con guión del propio Garland.
Mientras Spike se encuentra cocinando pescado junto a un río, es sorprendido por la aparición de varios infectados. La situación parece desesperada, pero en ese momento irrumpe un grupo de jóvenes de aspecto peculiar, vestidos con chándales de colores brillantes.
El líder del grupo es hombre rubio con el crucifijo dorado invertido al cuello que se presenta como Jimmy... un nombre resultará más que familiar a los espectadores. Y es que resulta ser el mismo niño que junto a otros estaba viendo los Teletubbies y que milagrosamente sobrevivió al brote inicial del virus mostrado en el prólogo/flashback de la película.
Jimmy y su banda de violentos saltimbanquis demuestran una violencia eficiente y casi ritualizada: eliminan a los infectados con hábiles y acrobáticos movimientos que evidencian están absolutamente acostumbrados a enfrentarse a las amenazas que pueblan la Inglaterra infectada.
Todos los miembros del grupo comparten una estética similar, con referencias visuales que, evidentemente, recuerdan a los propios Teletubbies del inicio de la película. Además portan collares y joyas doradas, lo que refuerza la idea de que se trata de una especie de culto o comunidad cerrada bajo el liderazgo de Jimmy.
La escena concluye con Jimmy acercándose a Spike y preguntándole si quiere ir con ellos. El plano final muestra a Spike, exhausto y vulnerable, enfrentado a la decisión de unirse a este grupo de desconocidos... o seguir su camino solo en un mundo devastado.
Hay que tener también en cuenta que el culto que acaudilla Jimmy, con su distorsionada visión de la realidad forjada desde el horror que ha presencia desde niño, parece dominar parte del continente, dejando señales de su presencia en el territorio -como cadáveres marcados con su nombre y graffitis- que Spike y su madre encuentran en su peligrosa travesía.
Jimmy ha crecido en un mundo sin referentes morales claros, y acaba formando su propia "familia" de seguidores, todos ellos con nombres y apariencias que evocan el simbolismo de los Teletubbies subrayando así la perversión de la inocencia perdida en un mundo devastado. ¿Será Spike absorbido por la secta y su violencia normalizada y ritual... o logrará mantener su humanidad?
Para responder a esta y otras muchas preguntas, como por ejemplo el destino del enigmático Doctor Kelson o de Jamie, el padre de Spike, habrá que esperar hasta el 16 de enero del próximo año cuando tiene previsto su estreno 28 Years Later: The Bone Temple.