MADRID, 6 Mar. (CulturaOcio) -
Anora, la cinta dirigida por Sean Baker y protagonizada por Mikey Madison, fue la indiscutible ganadora de los Oscar 2025, alzándose con cinco estatuillas, entre ellas la de mejor película, mejor dirección y mejor actriz principal. El filme aborda la historia de una trabajadora sexual que se casa con el hijo de un oligarca ruso, pero, aunque algunas trabajadoras sexuales han valorado la representación de su realidad, también han echado en falta un punto más de reivindicación en la película, por ejemplo, para reclamar una "reforma a nivel político" que las descriminalice.
"Si la hubiera hecho una trabajadora sexual, no sólo consultado, sino si realmente la hubiera hecho una trabajadora sexual, o si hubiera tenido a una trabajadora sexual como protagonista, no creo que le hubiera ido tan bien", declaró a The Guardian Maddie, miembro del colectivo de 'strippers' del este de Londres refiriéndose a Anora.
La mujer confesó que, aunque "tenía muchas ganas de ver" la película, lo hizo con cierto "escepticismo". Así, entre las cosas que echó en falta, destacó la caracterización del personaje, a la que solo se la ve "en un contexto laboral" y no "como persona".
"Algo más de información sobre su hermana, creo que era, con la que vivía, habría sido interesante. O quiénes son sus amigos, cuáles son sus aficiones y sus sueños. Creo que es muy importante que tengamos una representación de las trabajadoras sexuales como personas en su totalidad, y no sólo como su trabajo", apuntó Maddie.
Por su parte, Sam, otra integrante del mencionado colectivo de 'strippers', señaló que la cinta de Baker solo muestra "una pequeña parte" de su realidad, aunque probablemente "acertada" en el caso del personaje principal, una "joven blanca y privilegiada que habla inglés y probablemente tiene pasaporte estadounidense".
Si bien la mujer admitió que hoy en día el trabajo sexual no está tan estigmatizado como antes, ya que culturalmente hay ejemplos como figuras como Cardi B o Julia Fox, que "hizo toda una carrera a partir de la atractiva intriga de ser dominatrix a los 16 años", le gustaría que hubiese un cambio más profundo, algo que podría haber aprovechado a pedir el equipo de Anora.
"No me interesa una cultura que está realmente feliz de seguir haciendo las historias y hacer las películas, y ganar los Oscar sobre el trabajo sexual, si no se relaciona también con la reforma a nivel político", reivindicó.
Aunque en su discurso de aceptación del Oscar Madison habló sobre la comunidad de trabajadores sexuales, Maddie adujo que tanto ella como el director podían haber ido más allá. "Sí, que las celebridades apoyen a [las trabajadoras sexuales] en una gran plataforma es increíble; es un gran paso en la dirección correcta", concedió la mujer, pero añadiendo que "si hubieran ido un poco más allá y hubieran dicho: 'Necesitamos una descriminalización total ya', eso sí que podría haber tenido un impacto mucho mayor".
De la misma manera, Stacey Clare, autora de 'The Ethical Stripper', celebró la mención a las trabajadoras sexuales en los premios, pero explicó que "el verdadero progreso" se producirá cuando esas trabajadoras "puedan vivir sin miedo a ser criminalizadas, a que los servicios sociales les retiren a sus hijos, a que la policía o los servicios bancarios les confisquen sus ingresos, a que se les impida acceder a futuras ayudas sociales, a la vivienda o a oportunidades de empleo".
En este sentido, Sam señaló que aquellas personas más afectadas por las leyes no son las que muestra Anora, sino "personas drogodependientes, sin hogar... que hacen trabajo sexual por supervivencia en la calle", precisamente las que "seguirán sufriendo condiciones de trabajo cada vez peores".