MADRID, 8 Nov. (CulturaOcio) -
La llegada de Negan a The Walking Dead fue traumática y desgarradora. Después del esperado desenlace al cliffhanger con el que acabó la sexta temporada, la séptima está explorando la historia del personaje al que da vida Jeffrey Dean Morgan. Y para ello, hay que recurrir al calcinado rostro de Dwight.
El episodio 7x03 titulado The Cell (La celda), demostró que no existe esa esperanza que el rey Ezekiel prometió en el anterior capítulo. Al menos para Daryl. La vida bajo las órdenes de Negan entre los Salvadores es triste y gris. Una existencia completamente dedicada al faraónico culto a su carismático líder. Una prisión psicológica sin barrotes físicos pero construida en base a unos castigos.
Como el que Negan impuso a Dwight, al casarse con la mujer con la que quería fugarse del Santuario y quemarle la cara literalmente a su otrora tortolito. Así se ganó su lealtad... en la serie.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En la novela gráfica de Robert Kirkman, la versión es distinta. Dwight se une a los Salvadores junto a su esposa Sherry que más tarde decide unirse al harén de Negan para mantener el equilibrio. Todo iba bien hasta que Dwight y Sherry se acostaron sin el permiso de Negan. Cuando se enteró, le quemó la cara para mostrarle muy gráficamente lo que ocurre cuando se rompen sus reglas.
UNA TEMPORADA APASIONANTE
La encrucijada en la que se encuentra Daryl es parte del giro que ha tomado The Walking Dead en su séptima temporada, que albergará rivalidades, muertes y luchas de poder.
No sólo la aparición de Negan y Los Salvadores supone un cambio de rumbo para Rick y los suyos. En el horizonte también aparece El Reino, con el Rey Ezekiel y su terrible tigresa Shiva, que todavía no sabemos el papel que jugarán.
Los espectadores podrán seguir la serie cada domingo en FOX, en episodios emitidos con sólo media hora de diferencia respecto a su emisión en EEUU, a través de la cadena AMC.
