El gran giro de El refugio atómico, explicado: ¿Qué es Kimera y qué ocurre realmente en el exterior?

El gran giro de El refugio atómico, explicado: ¿Qué es Kimera y qué ocurre realmente en el exterior?
El gran giro de El refugio atómico, explicado: ¿Qué es Kimera y qué ocurre realmente en el exterior?- NETFLIX
Cultura Ocio
Actualizado: martes, 23 septiembre 2025 13:02

   MADRID, 19 Sep. (CulturaOcio) -

   Ya está disponible en Netflix El refugio atómico, la nueva serie de Álex Pina y Esther Martínez Lobato, creadores de La Casa de Papel. La ficción sigue a un grupo de multimillonarios que, ante el estallido de la Tercera Guerra Mundial, se refugian en un complejo de búnkeres de lujo. No obstante, ya los primeros episodios muestran en un sorprendente giro que, escapar del Apocalipsis, no es tan fácil como parecía.

((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))

   La serie comienza con Max, un joven de familia adinerada que, tras pasar unos años en prisión por homicidio involuntario, es puesto en libertad. Su padre lo conduce entonces a un búnker, un lugar por cuya plaza unos pocos privilegiados han pagado decenas millones de euros y al que han sido convocados ante una clara escalada de tensión internacional que hace presagiar lo peor.

   Apenas unas horas después de su llegada a las lujosas instalaciones subterráneas, los refugiados, ataviados todos con monos azul turquesa, sienten una gran explosión que los obliga a reunirse en la parte más segura, la cúpula. Allí, una serie de televisores retransmiten las noticias de última hora, con lo que ven en directo cómo parece detonar una bomba atómica que arrasa todo a su paso.

   Para completar la catástrofe, un par de trabajadores del refugio salen al exterior para tratar de restablecer las comunicaciones, equipados con trajes antirradiación y cámaras a través de las muestran a los habitantes del búnker un coche con cuerpos carbonizados en el puente que cruza el embalse y, al fondo, un bosque en llamas. Después tiene lugar un tenso momento en el que el guante de uno de ellos se queda pegado a una barandilla debido al extremo calor.

   En todo caso, con los ricos totalmente conmocionados, el capítulo acaba con la directora del refugio, Minerva (Miren Ibarguren), y sus subalternos, los de los monos color naranja, celebrando que se lo hayan creído todo. Y es que, tal y como se muestra en una última escena, en el exterior no ha habido ningún ataque nuclear.

LA GRAN ESTAFA DE LA HUMANIDAD

   Es en los primeros compases del segundo episodio, titulado La gran estafa de la humanidad, que se revela cómo se ha llevado a cabo el engaño a través de un flashback que muestra la detallada y exhaustiva planificación previa. "Nuestro éxito depende de una sola cosa: que sientan el fin del mundo como algo absolutamente real", comienza diciendo Minerva, algo que, según expone, será posible gracias a los prodigios de la tecnología.

   Minerva y su equipo, en el que destaca Ciro, su hermano y genio de la informática, deciden ejecutar el plan "cuando la situación geopolítica se tense peligrosamente", algo sencillo, ya que "siempre hay crisis, siempre hay guerras".

    "En cuanto uno de esos conflictos estalle, empezará nuestra simulación. Recibirán una llamada a una hora intempestiva para ingresar de manera preventiva en el búnker. El ambiente ya estará enrarecido, pero nosotros ayudaremos aumentando esa sensación de inquietud con gente huyendo de la ciudad con grandes maletas, por ejemplo", prosigue.

FAKE NEWS

   Se muestra que todas las noticias que habían visto los personajes en el anterior capítulo, al menos desde que Max y su padre se subieran al helicóptero, eran falsas, creadas para recrear en el mundo real su "propia escalada bélica".

   En cuanto a la crisis provocada dentro del mismo búnker, se revela que este descansa "sobre una plataforma mecanizada similar a la de los sistemas antisísmicos", lo que permite sacudirlo "como una coctelera" sin que peligre la estructura. Para incrementar la sensación de peligro, el equipo hace que emerjan una "veta de roca" y algunas grietas, además de simular un fallo en un ascensor y liberar "polvillo" y humo por los pasillos.

   Por último, para evitar que a nadie se le ocurra salir al exterior, el equipo decide montar una especie de película, que proyectarán como si fuese una grabación a tiempo real. Así, se muestra que todo el numerito de los trabajadores saliendo al desolado exterior no era más que la obra de un cineasta.

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