La escena post-créditos de Expediente Warren: El último rito, explicada: ¿Nuevo origen para la saga? - WARNER BROS.
MADRID, 6 Sep. (CulturaOcio) -
Expediente Warren: El último rito llega a los cines con un nuevo y peligroso caso para el matrimonio más popular del terror contemporáneo. Ed y Lorraine vuelven a adentrarse en una investigación que, además de desvelar detalles inéditos sobre su pasado, reserva una revelación final que recontextualiza la franquicia anclando su título (The Conjuring) a un objeto maldito clave de esta entrega.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Como es tradición en la saga, durante los créditos se incluye un homenaje a los auténticos Ed y Lorraine Warren con material de archivo que vincula lo visto en pantalla con sus expedientes reales. En ese cierre aparece una fotografía del verdadero Ed Warren y un texto breve que menciona el espejo, antagonista central de El último rito, como pieza histórica dentro de sus investigaciones.
El matiz está en cómo se nombra al objeto. La escena post-créditos lo describe como "a conjuring mirror" (un "espejo de invocación") y lo sitúa, como antes hace el argumento, como un instrumento maldito crucial en la vida de los Warren. Es decir, el nombre The Conjuring no apuntaría solo a "conjuros" en abstracto, sino que encontraría su anclaje en este artefacto concreto, al que la película otorga un peso capital en la historia de los Warren: remueve los cimientos de Ed y Lorraine con un caso de juventud y se convierte en el canal por el que la entidad hostiga a Judy Warren desde antes de nacer.
La escena post-créditos reafirma la marca de la franquicia de cerrar con fotos y notas reales para subrayar su juego entre documento y ficción con los Warren como bisagras. Ahora, ese espejo deja un último reflejo: quizá la saga se llame así por la pieza que, dentro de su universo, lo conjuró todo.
O puede que se trate de un retcon. El último rito ficcionaliza la relevancia del espejo en la mitología de los Warren, además de que en los tres largometrajes anteriores no hay una referencia explícita al objeto. Sin embargo, ciertos planos de entregas anteriores (el zoom final al espejo de la cajita musical en Expediente Warren o la aparición de Valak en uno en El caso Enfield) funcionan hoy como presagios retroactivos que permiten que la teoría encaje con el pasado de la saga.
Fuera como fuese, el espejo, que existe fuera de la pantalla, se conserva en el Museo del Ocultismo de los Warren (Monroe, Connecticut) y su leyenda se asocia a un hombre llamado Steven Zellner, que habría recitado un encantamiento frente al cristal y, tras verse acosado por lo que desató, terminó cediendo el objeto a los demonólogos para que lo custodiaran.
En Expediente Warren: El último rito, Patrick Wilson y Vera Farmiga se reúnen de nuevo como Ed y Lorraine para investigar un último caso en lo que se anuncia como el capítulo final de la saga basada en hechos reales. Completan el reparto Mia Tomlinson y Ben Hardy, que encarnan a Judy Warren y a su novio, junto a Steve Coulter (padre Gordon), Rebecca Calder, Elliot Cowan, Kíla Lord Cassidy, Beau Gadsdon, John Brotherton y Shannon Kook.
Michael Chaves, que ya tomó el testigo de James Wan en la tercera entrega, vuelve a ser el responsable de la dirección de esta cuarta. El cineasta ha dirigido otras películas de este universo cinematográfico, como La Llorona y La Monja II.