MADRID, 18 Nov. (CulturaOcio) -
Desde su estreno el pasado viernes 14 de noviembre, El cuco de cristal se ha colocado en lo más alto del top de lo más visto de Netflix. Tras el éxito de La chica de nieve y su secuela, El juego del alma, el servicio de streaming vuelve a anotarse otro tanto con esta nueva adaptación de una novela de Javier Castillo.
Protagonizada por Catalina Sopelana (El jardinero), Alex García (El inmortal), Itziar Ituño (La casa de papel), Iván Massagué (El hoyo) y Alfons Nieto (El cuerpo en llamas) El cuco de cristal desentraña, moviéndose en distintas líneas temporales, las misteriosas desapariciones que desde hace décadas están teniendo lugar en un pequeño y enigmático pueblo.
Una historia independiente y autoconclusiva, que ha saltado del libro a la pantalla condensando el bestseller de Castillo en 6 episodios que respetan, según el propio autor, el "corazón emocional" de la novela. Algo que no imipide que la miniserie cuente con algunas notables diferencias respecto al material original.
CAMBIO RADICAL DE LOCALIZACIÓN: DE MISURI A CÁCERES
Quizá el cambio más significativo es el escenario en el que se desarrolla la trama. La novela sitúa la historia en Steelville, un pueblo ficticio de Misuri (Estados Unidos), mientras que la serie traslada toda la acción a Hervás y el Valle del Ambroz (Extremadura), que sirvieron de escenario para recrear Yesques, el ficticio municipio español donde 'El cuco de cristal' teje su "telaraña de personajes".
Un pueblo boscoso con una atmósfera densa y envolvente que alimenta el misterio, "la ambigüedad moral" y esa "oscuridad con esperanza" que ya eran la esencia de la novela, según el propio Castillo. Para la directora Laura Alvea, esta fue "la decisión más importante de toda la adaptación", ya que el lugar condiciona el tono, el comportamiento de los personajes y el desarrollo de la investigación. Los bosques cacereños y las carreteras desoladas crean una atmósfera rural sombría que refuerza el misterio y lo ancla en el thriller español contemporáneo.
ESPAÑOLIZACIÓN DE NOMBRES Y PERFILES DE PERSONAJES
Los protagonistas cambian de nombres, de personalidad y de rasgos para ajustarse al contexto español: Cora Merlo se convierte en Clara Merlo (Catalina Sopelana), el sheriff Edwin Finley pasa a ser el guardia civil Miguel Ferrer (Álex García), los hermanos Charles y Jack son ahora Carlos (Roque Ruiz) y Juan (Alfons Nieto), y su madre Margaret se transforma en Marta Ruiz (Itziar Ituño). Esta españolización va más allá de los nombres y afecta también a las profesiones y dinámicas sociales de los personajes dentro de la comunidad.
EL CÍRCULO ÍNTIMO DE CORA/CLARA
En la novela, tal y como apunta Vertele, la madre de Cora tiene un papel importante en el arranque y desarrollo emocional de la trama, pero en la serie desaparece por completo y es sustituida por una amiga que cubre ciertas de las funciones de apoyo, en este caso a Clara. Este cambio simplifica la estructura familiar de la protagonista y concentra el foco en su relación directa con la familia del donante, sin mediaciones ni referentes maternos que puedan diluir la tensión dramática.
CORA Y CLARA, ROLES INICIALES DISTINTOS
En la novela, es la madre del donante (Margaret/Marta) quien toma la iniciativa y llama a Cora para que conozca la historia de su hijo, colocando a la protagonista en una posición más pasiva. En la serie, es Clara quien busca activamente a la familia del donante, lo que le otorga un rol más proactivo desde el inicio y refuerza su carácter investigador y obstinado.
EL ESTADO DEL CORAZÓN
En el libro, Cora se muestra inquieta porque el corazón trasplantado pertenecía a un chico que estaba enfermo, generando dudas sobre la viabilidad del órgano y añadiendo una capa de tensión médica al misterio. Esta preocupación, salvo momentos puntuales de tensión donde la frecuencia cardiaca de Clara se acelera, no aparece en la serie de Netflix, que se centra más en el misterio del pasado del donante que en el estado físico del trasplante.
EL INCENDIO Y SUS CONSECUENCIAS
Tanto en el libro como en la serie se produce un incendio que es clave para poner en marcha la investigación principal, pero los caminos por los que discurre todo después son bien diferentes. El fuego funciona como punto de inflexión común, pero las consecuencias narrativas, los personajes implicados y las revelaciones posteriores divergen significativamente entre ambos formatos.
LA MADRE, DE VIDENTE A HOSTELERA
En la novela, Margaret es descrita como una especie de vidente que lee las manos, un detalle que aporta un toque místico y ambiguo a su personaje. En la serie, Marta (Itziar Ituño) regenta un bar en el pueblo, lo que la convierte en un eje social de la comunidad y en un personaje más terrenal y cotidiano, aunque igualmente central en la red de secretos del lugar.
EL PERSONAJE PERDIDO
Como bien sabrán los millones de lectores de Castillo, en el material original se consagra que Charles/Carlos tenía otra hermana, además de Jack/Juan, que murió al poco de nacer. Un detalle que añade peso al trauma familiar y a la historia de pérdidas de esa familia. Este elemento no se incluye en la adaptación de Netflix, simplificando la genealogía y centrando el drama familiar en los dos hermanos... uno ya fallecido en el tiempo presente de la serie.
LA FIESTA DE LAS MÁSCARAS
Una de las diferencias más llamativas es la inclusión de una fiesta en el pueblo con máscaras de animales que no existe en la novela. Javier Castillo explica que la crearon específicamente para reforzar la idea del "animal salvaje" que habita en los personajes. "Creamos todo un imaginario, la música que suena está creada específicamente para la fiesta", destacó el autor.
"A lo largo de toda la serie, todos los personajes se relacionan con su lado salvaje, de un modo u otro. Y hay personajes que luchan contra su lado salvaje e intentan alejarlo, y hay otros que lo abrazan, lo aman y lo aceptan. Y ojo, nosotras también tenemos ese lado salvaje, no solo son ellos", afirmó la directora durante la presentación de la serie.
Además de contar con una enorme potencia visual, esta secuencia sirve como metáfora del lado oscuro y primitivo que se oculta tras las apariencias civilizadas del pueblo y algunos de sus habitantes.
UN DESENLACE DISTINTO
Sin entrar en destripar los finales, ni del libro ni de la serie, baste decir que la culminación de ambas historias, fruto en gran parte de las diferencias anteriormente enumeradas, son distintos. De hecho, el aspecto más destacado del desenlace de la serie de Netflix usa el recurso del fuera de campo para resolver momentos clave y, según Castillo, "dejar que cada uno tome sus propias decisiones". Una forma, de implicar aún más al espectador para que complete, con esa última pieza, el puzzle del misterio de El cuco de cristal... hayan leído o no el libro original.