Nicole Kidman en los Oscar
REUTERS
Actualizado: sábado, 11 marzo 2017 10:21

MADRID, 11 Mar. (CulturaOcio) -

Aplaudir es una de esas acciones inherentes a la propia naturaleza del ser humano, que se realiza prácticamente de forma involuntaria ante un estímulo. Y todo actor o actriz, debería ser especialmente hábil en la imitación de este tipo de cosas... salvo si eres Nicole Kidman, que el tema se complica.

Pocos aplausos se merecen a su vez una cerrada ovación como el de la actriz durante la reciente gala de los Oscar. Las palmas de sus alargados dedos se separan repentinamente y las redes sociales han intentado desde entonces averiguar la ansiada respuesta al misterioso enigma.

Y aquí está: la intérprete australiana lucía para la ocasión un anillo especialmente grande y no quería dañarlo, según ha revelado la propia Kidman en el programa radiofónico Kyle and Jackie O: "Fue muy incómodo. Estaba en plan, Dios, ¡Quiero aplaudir!. No quiero que la gente se pregunte porque no aplaudo, pero de repente, empiezo a hacerlo y se vuelve muy difícil porque llevaba un gran anillo que no era mío. Pero era muy bonito y tenía miedo de dañarlo".

El sonrojante incidente de Nicole Kidman pone sobre aviso al resto de mujeres del mundo: antes de comprar cualquier anillo en su tienda de bisutería de confianza para acudir como invitada a la Gala de los Oscar, que prueben a aplaudir con él en el propio establecimiento.

Kidman tuvo suerte de que su gran momento de la noche fue eclipsado por el error más clamoroso de la historia de los premios. Un dislate entre La La Land y Moonlight por el premio a la Mejor Película, del que la actriz también habló: "Debo decir que fue muy bizarro... No estaba segura de lo que ocurría, nadie en el público lo estaba y de repente hubo un lío con los sobres. Pensé que alguien no se encontraba bien y de repente vi caras largas. Fue muy extraño".

Más noticias