MADRID, 16 Ene. (CulturaOcio) -
El director y guionista David Lynch, el singular director responsable de películas como Terciopelo azul, Carretera perdida o Mulholland Drive, y creador de la mítica serie de televisión Twin Peaks, ha muerto a los 78 años.
Lynch reveló en 2024 que le habían diagnosticado un enfisema tras toda una vida fumando y que probablemente ya no podría salir de su casa para dirigir. Su familia anunció su muerte en un post de Facebook. "Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría, 'Mantén la vista en el donut y no en el agujero'", afirma el comunicado.
David Keith Lynch nació en Missoula, Montana, el 20 de enero de 1946. Su padre, Donald, era investigador científico, y su madre, Edwina, profesora de inglés. Su inconfundible trayectoria, a la que el manido el término experimental se le queda corto, estuvo marcada por sus creaciones tan sorprendentes como perturbadoras e inquietantes que bebían de fuentes como el surrealismo de Buñuel o Dalí y de clasicos como Billy Wilder, Kurosawa, John Ford o Werner Herzog.
Una filmografía que, tras varios cortometrajes, arrancó en 1977 con el largometraje Cabeza borradora destacan títulos como El hombre elefante (1980), la primera adaptación cinematográfica de Dune (1984), Terciopelo azul (1986), Corazón salvaje (1990), Carretera perdida (1997), Una historia verdadera (1999), Mulholland Drive (2001) e Inland Empire (2006), su última y de nuevo inclasificable película.
Lynch fue nominado a cuatro Oscar (como director por Terciopelo azul, Mulholland Drive y El hombre elefante, que también le valió una nominación al guion adaptado), pero en las cuatro ocasiones se quedó sin premio. Finalmente, en 2019 la Academia reconoció la trayectoria del cineasta con un premio honorífico.
¿QUIÉN MATÓ A LAURA PALMER?
Pero Lynch no solo removió al público en sus butacas, lo hizo también en sus sofás con Twin Peaks, uno de los grandes fenómenos de la historia de la televisión. A principios de los 90 Lynch creó junto a Mark Frost el paradigma de la serie de culto con la que, cuando aún no existían los 'spoilers', tuvieron a medio planeta haciéndose la misma pregunta durante dos temporadas y 30 capítulos: ¿Quién mató a Laura Palmer?
Y tal y como la propia Laura prometió al agente Cooper en la Logia roja, 25 años despues la música de Angelo Badalamenti volvió a sonar y Lynch y Frost resucitaron su obra de arte catódico infinita e indescifrable en Twin Peaks: The Return.
Volvieron, acompañado de su cruel doppelganger, Dale Cooper, Audrey Horne, Shelly... e incluso Laura Palmer y sus padres Leland y Sarah. Una tercera temporada de 18 capítulos, todos ellos más que disfrutables, pero ninguno tan colosal como aquella octava entrega, titulada Gotta Light?
Una fascinante joya oscura y apabullante sin apenas diálogos que aún retumba como la mayor explosión de maestría televisiva de la última década y que, en apenas una hora, destila la esencia, impía, distorsionada y desconcertante, de un cineasta de esos que son imposibles de etiquetar hasta se convierten ellos mismo en un adjetivo. Y ahora, defina usted 'lynchiano'... si es que se atreve.
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