Guillermo del Toro justifica sus cambios en el final de Frankenstein - NETFLIX
MADRID, 8 Nov. (CuturaOcio) -
Frankenstein de Guillermo del Toro ya ha llegado a Netflix. Aunque el clásico de Mary Shelley se ha adaptado a la gran pantalla en innumerables ocasiones, la versión del realizador mexicano ofrece un final alternativo que cambia por completo la historia y la relación entre sus protagonistas. Un densenlace que, según ha explicado el propio cineasta, conecta directamente con su visión de la naturaleza humana, la maldad y la redención.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
"El movimiento romántico es como el primer movimiento existencialista en Europa para mí, porque declaran abiertamente que el enemigo es la vida", comienza a explicar Del Toro en una entrevista concedida a GQ, señalando que el final de la novela "es profundamente romántico, en ese momento".
La reconciliación entre los personajes de Oscar Isaac y Jacob Elordi que pone el broche de oro a esta nueva adaptación difiere mucho del desenlace del libro. En el material original, Victor muere frustrado por no haber sido capaz de acabar con el monstruo, al que considera un peligro para la humanidad. No obstante, la criatura decide acabar con su vida por su cuenta, y así se lo hace saber al capitán del barco al que va a parar. "No tema usted, no cometeré más crímenes", le dice, pues pretende construir una pira y morir consumido por las llamas.
"La audacia es declarar la esperanza. Estamos en un momento en el que la audacia es creer", afirma Del Toro, apuntando que la película tiene una estructura circular. "Empieza con el capitán con el sol detrás, saliendo, y acaba con la criatura con el sol de frente. Lo que yo he vivido es entender que, en la vida, hay cosas que se congelan y de las que no salimos hasta que decidimos perdonar, tanto a la persona como a las personas que nos hieren, y empujar la nave nosotros mismos", explica.
Los últimos compases de la cinta muestran una emotiva reconciliación entre Victor y la criatura, a quien el científico llega incluso a llamar "hijo" justo antes de morir. Aquí, Victor se redime, arrepentido por cómo ha tratado al monstruo, y este decide perdonarle. Del Toro dota así a su versión del monstruo de una humanidad que sobrepasa con creces la de su creador.
"Lo bonito de la película, de esa estructura circular, es que empiezas con una secuencia muy violenta, donde te preguntas por qué hace esta criatura todo esto, y al final lo entiendes y viene el perdón. El perdón perdona a las dos personas, al que lo otorga y al que lo recibe, entonces me parece un diálogo necesario en este momento, para entender la otredad, la unidad", continúa.
LA MALDAD, SEGÚN GUILLERMO DEL TORO
"Recuerdo el postulado de Rousseau, que es que el hombre puede nacer bueno, pero, para mí, la realidad es que el hombre puede nacer bueno y malo al mismo tiempo", afirma Del Toro. "Hay una frase que me ha estado viniendo a la cabeza últimamente, que es: 'Dios crea el mundo y el diablo le pone los nombres'. La vida, el hombre, la naturaleza, tiene que ser policromática. A las diez de la mañana soy un santo, a las diez y media soy un hijo de la chingada, a las doce soy un héroe nacional, a la una soy buen padre y a las tres soy un cabrón. ¿Por qué no, por qué no puede existir la policromía?", reflexiona.
"Estadísticamente, entendemos que alguien puede ser mayormente bueno o no, pero, para mí, la esencia es el dolor que causamos a los otros sin mirarnos, esa es la maldad", asegura, explicando que, en el caso de Victor, su padre le causa un dolor que luego él acaba replicando e inflingiendo a la criatura que, de alguna manera, es como si fuera su hijo. "Cómo Victor utiliza a todos los personajes para sus propios medios, eso es lo terrible", sentencia el realizador.
"La gente quiere más dinero, más poder, pero no con un fin. Hay gente que tiene tanto dinero que no se lo van a gastar ni él ni sus generaciones por venir, y ya no tiene sentido. Eso es lo que quiere Victor, quiere algo que cree que es altruista, pero es solo para él", reflexiona el realizador.