Así funciona Black Mirror: Bandersnatch, la película interactiva de Netflix de la que todo el mundo habla

Black Mirror: Bandersnatch
NETFLIX
Actualizado: sábado, 29 diciembre 2018 15:14

MADRID, 29 Dic. (CulturaOcio) -

Black Mirror: Bandersnatch es la primera película interactiva de Netflix orientada para un público adulto. En el largometraje de Black Mirror, los espectadores podrán seleccionar, a través de diversas variantes, uno de los cinco finales disponibles.

Netflix ya probó anteriormente esta tecnología en 2017 con la película infantil El Gato con Botas: Atrapado en un cuento épico, que ofrecía a los más pequeños de la casa trece desenlaces diferentes. En el caso de Black Mirror: Bandersnatch, los espectadores podrán elegir uno de los cinco finales principales, que a su vez cuentan con múltiples variantes de la historia.

Y para los más indecisos... el creador de Black Mirror, Chalie Brooker, escogió un final predeterminado. Si los seguidores de la serie no quieren participar en esta reinterpretación de los libros infantiles "Elige tu propia aventura", se les presentará "la versión más básica de la historia".

El episodio comienza con un breve tutorial de cómo se utiliza esta novedosa herramienta. Los espectadores podrán escoger entre "izquierda" o "derecha" al principio de Black Mirror: Bandersnatch y cada opción alterará la narrativa de la cinta de una forma diferente.

Posteriormente, aparecerá un temporizador de diez segundos para que el público seleccione su trama. La ruta predeterminada dura aproximadamente 90 minutos, mientras que las historias alternativas pueden alargar la duración de la película hasta llegar a las dos horas y media.

La coeditora de Black Mirror: Bandersnatch, Annabel Jones, explica a The Hollywood Reporter que esta película no se fundamenta en un sistema binario, sino que va mucho más allá: "Hay muchos caminos potenciales que el viaje de Stefan podría tomar". Jones añade que es posible que los espectadores "no alcancen ciertas cosas dependiendo de las decisiones que tomen".

La composición de la película de Black Mirror se basa en una narración ramificada, en la que se pueden escoger desde tareas simples, como qué desayunará el protagonista o qué música escuchará, hasta tomar decisiones éticas más complejas.

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