MADRID, 20 Abr. (CulturaOcio) -
Abrochénse las parkas bien que Fargo ha vuelto. La antología criminal creada por Noah Hawley llegó con el estreno de una tercera temporada que siguió la estela de las dos anteriores: Caos y asesinatos en el Medio Oeste...
(((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS)))
El primer episodio de la tercera temporada de Fargo comienza recreándose en el abanico interpretativo de Ewan McGregor, que da vida a dos hermanos: Ray y Emmit Stussy. Emmit es como el Don Corleone de Minnesota y Ray... digamos que es un agente de la libertad condicional con una calva incipiente que depende económicamente de su exitoso hermano y así se lo recuerda: "Supongo que me lo debes por lo que ocurrió cuando éramos niños".
No tardamos mucho en conocer a la jefe de policía, Gloria Burgle, una madre soltera que vive con su hijo adolescente y su viejo padrastro. Una vida tranquila, salvo si eres uno de los protagonistas de Fargo. Cuando Gloria vuelve a casa porque Nathan ha olvidado la figura que su abuelo le regaló, se la encuentra destrozada y al bienintencionado abuelo muerto en plena cocina.
Las únicas pistas que Gloria encuentra son una caja escondida en un compartimento secreto: dentro, una pila de novelas de ciencia ficción y la portada de una de ellas, coincide con la extraña figura del alien y el astronauta que el abuelo regaló a su nieto. ¿Qué diablos pasa?
Pronto se descubre la conexión del asesinato con Ray, que está tranquilamente disfrutando con su novia Nikki de un baño relajante cuando Maurice, el sicario, aparece reclamando su dinero tras finalizar su encargo: "Lo hice, Ray. Pero no te mentiré: no me corté un pelo". El que tampoco lo hace es Ray, que le sigue hasta la calle y acaba con Maurice en plena acera. Dos cadáveres en el primer episodio. Y es que hay cosas que cambian con el tiempo... pero afortunadamente Fargo, no es una de ellas.
