Este divertidísimo vídeo resume en dos minutos tu relación de odio-amor con Despacito

THE JACKAL
THE JACKAL - THE JACKAL
Actualizado: lunes, 22 mayo 2017 12:25

MADRID, 22 May. (EDIZIONES) -

A estas alturas ya tenemos todos claro que Despacito es más que una canción. Es un fenómeno social como en su día fue La Macarena. Una comparación necesaria, pues la canción de Luis Fonsi y Daddy Yankee (con ayuda de Justin Bieber) es la primera canción cantada mayoritariamente en castellano que llega al número 1 del Billboard Hot 100 en 21 años. Desde que La Macarena lo consiguió en 1996.

Su éxito está fuera de toda duda, es la canción del año. Tanto es así, que la escuchamos en bucle queramos o no en radios, televisiones, celebraciones (como la del Real Madrid esta pasada noche al conseguir el título de la liga de fútbol española), reuniones con amigos, grandes almacenes... está en toda parte. Estamos rodeados.

Este asedio es precisamente el punto de partida de un divertido sketch protagonizado por los italianos Fabio Balsamo, Ciro Priello y Gianluca Fru, habituales de los vídeos de The Jackal. "Qué asco esta canción, por Dios. Mamma mía", brama uno de ellos dentro de un coche. Cuando otro va a cambiar de emisora, prosigue: "Déjala, la van a poner en cualquier otra radio que pongas".

Y todavía siguen lanzando perlas: "La escuché por primera vez en enero. Nos van a hacer seguir escuchándola de por vida. ¿Sabes lo que me cabrea? Que son siempre las mismas letras; siempre la misma canción con la misma estructura. Todos me suenan igual".

Tras discutir sobre si es Enrique Iglesias el que canta, repentinamente los tres sucumben a los encantos de la canción y empiezan a cantarla ellos. Pero no se rinden, tratan de escapar, y continúan despotricando: "Todos los videoclips son iguales. Nunca le vas a ver la cara a la chica. Solo el culo. ¿Y qué significa Despacito? Nada, como Aserejé".

Como era de esperar, los tres terminan cantando e incluso haciendo una coreografía de baile. Y en dos minutos han resumido lo que nos pasa a todos cuando escuchamos Despacito: primero manifestamos tedio y resquemor, pero terminamos tarareando en mayor o menor medida. Porque no hay escapatoria ante su ritmo pegadizo.

Vemos a continuación el cachondo vídeo en cuestión (el segundo va subtitulado):