53 años sin Édith Piaf: Sus 10 canciones imprescindibles

EDITH PIAF
EDITH PIAF - GETTY IMAGES
Actualizado: martes, 11 octubre 2016 11:20

MADRID, 11 Oct. (EDIZIONES - Miguel Ángel Pizarro) -

El 11 de octubre de 1963 Francia se puso de luto. Sólo un día antes, la voz del gorrión se apagó para siempre. La gran cantante y el símbolo del país, Édith Piaf, moría a los 47 años en Plascassier víctima de un cáncer hepático.

Un día en que, según la leyenda viva de la chanson française Charles Aznavour, provocó que el tráfico en toda la ciudad de París se detuviese de tal manera que no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial. Una muerte a la que siguió en unas horas la del director e íntimo amigo suyo, Jean Cocteau. El día en que la voz de Francia se apagó.

Édith Giovanna Gassion nació en París el 19 de diciembre de 1915. Ya desde su propio nacimiento estuvo marcada por el drama. Su padre, Louis Alphonse Gassion y acróbata de profesión, se emborrachó el día del parto y su madre, Annetta, dio a luz en plena calle de Belleville.

Criada por su abuela paterna, dueña de una casa de prostitutas, será cuando su padre la reclame cuando se dé a conocer su extraordinario talento y su magnífica voz, que recordaba al canto de los gorriones.

Tras pasar su adolescencia cantando en los suburbios de París, en 1936 graba su primer disco con la Polydor, 'Les Mômes de la cloches'. Se convierte un éxito efímero tras el asesinato de Louis Leplée, dueño del cabaret en el que se presentaba. Aunque, tras convertirse en protegida de Raymond Asso, nacía la Môme Piaf, la gran cantante de los Music Halls parisinos.

En los cuarenta se convierte en todo un icono en Francia, en la gran figura del Music Hall de París, triunfando en grandes cabarets como el Mouling Rouge o la eminente Comédie- Française, lugar donde interpretó su canción insigne: 'La vie en rose'.

Protectora de los artistas judíos durante la ocupación alemana y mentora de artistas como Yves Montand o Charles Aznavour, en 1948 irrumpiría en Estados Unidos con una gira triunfal en Nueva York, pero también sería el inicio de su caída.

Fue en Nueva York donde vivió su historia de amor más apasionada con el boxeador francés Marcel Cerdan, el cual murió en un accidente de avión el 28 de octubre de 1949 cuando se dirigía a la ciudad de los rascacielos.

Una tragedia que desembocó en una adicción a la morfina por parte de Édith Piaf y en otro de sus canciones insgine: 'Hymne à l'amour'. Esto no impide en los 50 se convierta en sinónimo de París y que triunfase en Estados Unidos, consagrándose en 1956 en el Carnegie Hall de Nueva York.

Pero en 1958 la tragedia empieza a consumarse y, tras un accidente de tráfico que provoca que su estado de salud empeore y su dependencia a la morfina se haga más fuerte, es abandonada por su amor del momento, el cantautor Georges Moustaki.

Y en 1959, tras desplomarse en escena durante un espectáculo en Nueva York, regresa a Francia y a su adorado París. Tras lograr salvar al Olympia de París de la destrucción, su salud empeora aún más y sólo puede cantar con altas dosis de morfina, lo que desemboca en su muerte el 10 de octubre de 1963, aunque su muerte se certificase al día siguiente.

Con ella se fue uno de los grandes símbolos de Francia, una de sus figuras más reconocidas de la chanson française, una mujer que sirvió de referente para otras grandes como Juliette Gréco, Barbara, Mireille Mathieu o Dalida, que seguiría también ese halo de tragedia. Recordamos diez de sus míticas canciones.

'MON LÉGIONNAIRE' (1936)

Compuesta en 1938 por Marie Dubas, Raymond Asso y con música de Marguerite Monnot. Aunque ha sido cantada por otras figuras como Serge Gainsbourg o Arlette Guttinguer, se asemeja más al estilo de Édith Piaf, narra el romance de una mujer con un misterioso legionario, recordando que Asso fue legionario y también su Pygmalion.

'L'ACCORDÉONISTE' (1940)

Compuesta por Michel Emer, una canción que recuerda no sólo sus años cantando en los suburbios, en la plaza Pigalle y en los bajos cabarés, sino también a su infancia, cuando fue criada por su abuela paterna en la casa prostitutas de la que era dueña.

'LA VIE EN ROSE' (1946)

Su canción insigne, que irá asociada a ella para siempre. Con letras escrita por la propia Piaf con música de Louis Guglielmi. Pese a que se pensó originalmente que no tendría éxito, se convirtió en todo un fenómeno mundial, provocando que fuese una de las canciones francesas más versiones hasta el momento.

Louis Armstrong la hizo suya en 1950 y después siguieron artistas de la talla de Plácido Domingo, Sacha Distel, Dalida, Yves Montand, Mary Hopkin o Donna Summer. Incluso Marlène Dietrich se atrevió a cantarla.

'HYMNE À L'AMOUR' (1950)

Su canción más sentida, porque Piaf la escribió pensando en el amor de su vida, Marcel Cerdan. La compuso cuando la pareja acababa de comprar una casa en Boulogne- Billancourt y la cantó, por primera vez, el 14 de septiembre de 1949 en el cabaret Versailles de Nueva York. Poco duró su felicidad, el 28 de octubre del mismo año Cerdan moría en un accidente de avión, desencadenando una serie de desgracias en La Môme. Pese a ser cantada y compuesta un año antes, Piaf la registró en 1950.

'PADAM, PADAM' (1951)

Cantada en 1951 y escrita por Henri Contet y música de Norbert Glanzberg. Una de sus canciones que hizo que la Môme resurgiera tras la dura tragedia que vivió dos años antes.

'LA FOULE' (1957)

Versión de 'Que nadie sepa mi sufrir', vals peruano de origen argentino y compuesto por Ángel Cabral y Enrique Dizeo. Esta versión surgió después de que Édith Piaf escuchara y quedase prendada de la canción original durante su gira por Argentina.

'MILORD' (1959)

Compuesta por su amante de la época, Georges Moutaki, y con música de Marguerite Monnot, es uno de sus grandes tema de esta década. Narra el encuentre que tienen una meretriz y un cliente que es un hombre rico que tiene problemas con el amor. Tal fue el éxito que otras grandes figuras como Dalida o Cher, la versionaron.

'NON, JE NE REGRETTE RIEN' (1960)

Compuesta en 1956 por Michel Vaucaire y Charles Dumont, se trata de su última canción insigne y un símbolo para la Legión Extranjera Francesa, a la que Piaf le dedicó el tema, de hecho, es una de sus símbolos y se entona durante sus desfiles.

También la canción con la que la Môme salvó al Olympia de su desaparición en París. Pese a su grave estado de salud, la cantante decidió interpretarla tras escuchar la letra cantada por Anne Capilla. La actuación de Piaf logró evitar que el mítico Olympia se cerrase.

'À QUOI ÇA SERT L'AMOUR' (1962)

Una de sus últimas canciones, la canción fue escrita por Michel Emer y fue interpretada por la cantante y su marido hasta el día de su muerte, Théo Sarapo, 21 años menor que ella. Una de sus pocas interpretaciones al lado de su último amor, aquél que le acompañó en sus últimos momentos.

'L'HOMME DE BERLIN' (1963)

Aunque no sea uno de sus canciones más conocidas, 'L'homme de Berlin' tiene el honor de ser la última canción que grabó Édith Piaf antes de su muerte. Un tema en el que ya se percibe en su voz su deterioro. Una letra que narra la melancolía de un hombre en la capital alemana.