10 canciones que dinamitan estadios (2)

Collage rock
Foto: EUROPA PRESS Ampliar foto

Por David Gallardo

Hace unos días abríamos la veda dinamitera proponiendo canciones de, concretamente, Bruce Springsteen, U2, Pearl Jam, AC/DC, Iron Maiden, Guns n' Roses, Coldplay, Oasis, The White Stripes y Queen.

Toda una colección de poderosos estribillos capaz de erosionar los más inquebrantables cimientos, y que por petición popular ahora tiene una segunda parte con otras composiciones igual de poderosas. O más.

'LIVIN ON A PRAYER' (1986)

Un clásico del hard rock de los ochenta que ha soportado el paso del tiempo como mínimo tan bien como Jon Bon Jovi, que a pesar de acumular ya 51 años sobre sus pómulos, sigue encandilando a las féminas como si el paso del tiempo no fuera con él.

'ENTRE DOS TIERRAS' (1991)

Héroes del Silencio se separaron en 1996 después de cuatro discos y una década de progresivo e imparable éxito. 'Entre dos Tierras' siempre fue un momento álgido en sus conciertos durante el primer lustro de los noventa, de la misma manera que lo volvió a ser fugazmente durante la corta gira de reunión que la banda protagonizó en América y España en 2007. Es la energía inmortal de la música.

'ENTER SANDMAN' (1991)

Tal vez no sea la mejor canción de Metallica, ni la más compleja, ni la más emotiva, pero su estribillo de una rabiosa explosión de júbilo rockero que incita a sus seguidores a darlo todo sin reservas en cada concierto. "Exit: light, Enter: night, Take my hand, We're off to never-never land...".

'KNIGHTS OF CYDONIA' (2006)

Si vamos a invadir Polonia, vamos a hacerlo bien, esto es, con la banda sonora adecuada para motivar dementemente a las tropas. Si la cuestión es arrasar, Muse saben perfectamentes cuáles son las teclas que deben apretar para que la turba enajenada y adrenalítica no deje títere con cabeza.

'BEST OF YOU' (2005)

Los recitales de Foo Fighters pasarán a la posteridad por los incontables hectolitros de sudor sobre los que el público termina meneándose instintivamente. No hay otra opción posible para una velada dirigida por el ardoroso Dave Grohl, siempre empeñado en ofrecer lo mejor de sí mismo y en obtener lo mejor de sus fans.

'GIVE IT AWAY' (1991)

En su momento de mayor creatividad, las guindillas picantes más famosas de Los Angeles compusieron esta trotona tonadilla que es todo un desafío a la integridad de caderas y tobillos, así como una irrechazable invitación al respingo compulsivo. Cuando la interpretan, los estadios crujen y el personal sanitario se pone en guardia.

'WAKE UP' (2005)

Tras tanta adrenalina despendolada en los temas anteriores, Arcade Fire ponen orden con uno de esos coros multitudinarios que hacen pensar que todavía queda esperanza para el ser humano como colectividad, siempre y cuando unos cuantos miles sigan siendo capaces de ponerse de acuerdo para cantar al unísono. Tan sencillo como eficaz.

'PERSONAL JESUS' (1989)

Depeche Mode tienen por costumbre agotar a su público soltando andanadas de clásicos sin descanso. Pero tal vez el más vigoroso y opulento sea este 'Personal Jesus' en el que la fuerza de la base rítmica se une a una guitarra hipnótica y un vocalista que recita ceremonioso mientras los fanáticos alzan sus brazos para tocar la fe.

'SMOKE ON THE WATER' (1972)

Deep Purple llevan desde 1968 siendo un referente totémico del rock duro más clásico. No en vano, en 1972 compusieron uno de esos riffs de guitarra que todo aspirante a mago de las seis cuerdas siempre trata de aprender cuanto antes para impresionar por la vía rápida a sus congéneres. Por obra y gracia de Ritchie Blackmore, que aunque ya no esté en la banda, dejó un legado envidiable.

'(I CAN'T GET NO) SATISFACTION' (1965)

El tiempo en activo de Deep Purple impresiona, pero para cumplir aquello del más difícil todavía aparecen aquí los Rolling Stones, formados en 1962 y aún capaces de triunfar en una multitudinaria gira de 50 aniversario hace apenas unos meses. Es imposible cuantificar los daños económicos, físicos, sociales y morales que han provocado las guitarras de Keith Richards a estas alturas, pero da igual, toquen cuanto toquen, miles de personas en todo el mundo nunca quedarán satisfechas. La salomónica solución pasaría por otorgarles la inmortalidad, pero tal vez los Stones no estén del todo de acuerdo con seguir en la brecha para siempre.

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