El género de los superhéroes no es nada sencillo, y no por los protagonistas que se tienen que enfrentar a todo tipo de peligros y supervillanos. Lo más complicado de este tipo de producciones es hacer que simples actores humanos puedan convertirse en personajes con todo tipo de poderes ¿La clave para hacerlo? El CGI, el mejor aliado de los directores o, como en estos 10 casos, el peor enemigo habido y por haber.