8 remakes que (quizá) no sabías que lo eran

Actualizado: jueves, 8 octubre 2015 16:53

MADRID, 8 Oct. (CulturaOcio)

   El estreno de Pan, la nueva vuelta de tuerca a la historia de Nunca Jamás y el niño que no quería crecer, nos lleva a echar la vista atrás y recordar otros títulos que en su momento no pasaron por tales pero que también fueron reinvenciones de una historia ya estrenada en la gran pantalla.

     Todas ellas son películas muy distintas entre sí, de las que poco queda ya por discutir. Sin embargo, los ocho títulos que os traemos comparten algo que suele pasar desapercibido: Todos son remakes.

   Un detalle que muchos desconocen, o así lo creen en Film School Rejects, donde han elaborado una lista de ocho largometrajes basados en antiguas películas, que quizá no tuvieron tanto éxito como sus versiones modernas, y que ahora repasamos:

¿CONOCES A JOE BLACK?

   En 1998, Brad Pitt interpretó a un enigmático personaje. Metido en el cuerpo de un fallecido Joe Black, se encontraba en realidad la Muerte, que visitaba la Tierra para experimentar sus costumbres.

   La cinta de Pitt no recibió muy buenas críticas por la interpretación de una muerte muy sosa y solidaria. Un papel muy distinto al de La Muerte de vacaciones de 1934, cuando la protagonista obliga a un hombre a llevársela de vacaciones. Conocerá a una bella mujer -igual que en la versión moderna-, y el eslogan ya lo dice todo: "El mundo enteró se parará cuando haga el amor".

MATRIMONIO COMPULSIVO

   La comedia romántica del 2007 protagonizada por un Ben Stiller que se casaba con una mujer tan solo una semana después de conocerla, por miedo a perder el último tren del amor... para descubrir durante su luna de miel que su personalidad es mucho peor de lo que parecía. Por si fuera poco, allí conocerá a otra chica que, esta vez sí, es su media naranja definitiva. ¿Cómo librarse de su horrible mujer?

   Resulta que tan solo se trataba de un remake de El rompecorazones, una cinta de 1972 protagonizada por Charles Grodin. ¿La diferencia? Grodin no se ha casado con su mujer tras tan solo una semana de relación, y su nueva mujer ideal parece un sueño imposible de alcanzar.

SCARFACE, EL PRECIO DEL PODER

   Quiza el remake más conocido de toda la lista. En El precio del poder (1983), Al Pacino interpreta a Tony Montana, un cubano que se traslada a Miami con la intención de crear un poderoso imperio del narcotráfico.

   En Scarface, el terror del Hampa, de 1932, el cubano -esta vez italiano- no se apellidaba Montana, sino Camonte, y vendía alcohol durante la Ley Seca estadounidense en Chicago.

RESCATE

   En 1996, Ron Howard dirigió a un Mel Gibson que no lo pasaba nada bien, aunque interpretase a un millonario: Su hijo había sido secuestrado.

   Algo que ya ocurrió a Glenn Ford y Donna Reed en la versión de 1956, en Rapto, una película muy olvidada con el paso del tiempo y complicada de conseguir a día de hoy, que mostraba un caso más dramático si cabe que la versión moderna -pero sin la tensión que Gibson es capaz de mostrar-.

LA COSA

   Cuando pensamos en La Cosa, vemos a Kurt Russell en La Antártida luchando frente a una extraña criatura extraterrestre, en la creación de John Carpenter de 1982. Esta tendría su propio remake en 2011, con Mary Elizabeth Winstead en el papel protagonista.

   Sin embargo, su origen está en El enigma de otro mundo (1951). Con unos efectos visuales muy lejos de lo que había en los 80, la cinta se centraba más en una vegetación mutante alienígena.

TIENES UN E-MAIL

   Tom Hanks y Meg Ryan no fueron los primeros tortolitos en conocerse por mensajería. Aunque claro, en 1998 Internet ya era algo en ebullición.

   No ocurría así en El bazar de las sorpresas, donde un anunció en el periódico era lo que ponía en contacto a dos trabajadores de una misma compañía, que apenas se apreciaban fuera de las cartas que compartían, sin saber quién era el otro en realidad.

ESTA CASA ES UNA RUINA

   Tanto en Esta casa es una ruina (1986) como en Una casa patas arriba (2007), Tom Hanks y Ice Cube se las veían con unos hogares que se caían a pedazos, por mucho que intentasen arreglarlos.

   La historia variaba en 1948, cuando Cary Grant no decidía arreglar su vivienda en Los Blandings ya tienen casa, sino echarla abajo y construir una nueva de manera completa. Los problemas que esta le dará -hipotecas altas, gastos imprevistos, etc.- le harán arrepentirse de su decisión.